La brecha salarial entre hombres y mujeres es asunto prioritario en las sociedades modernas. Una necesidad, la de acabar con las desigualdades, que también se trasladan al fútbol… ¡Aportamos datos al debate!
La temporada 23-24 de la Liga F arrancó de manera agitada ante la falta de renovación del Convenio Colectivo. Tras 18 meses de negociaciones, se llegó por fin a un acuerdo para dar respuesta a la principal demanda de las jugadoras, con un incremento salarial de cifras llamativas y un titular: la brecha salarial entre hombres y mujeres es aún de casi el 900%.
A partir de ahí, los matices: los recursos, seguimiento de audiencias y recorrido comercial que generan los chicos no es igual que el de las chicas. Pero no menos cierto es que en otros deportes como el tenis también era así hasta que se decidió impulsar medidas a favor de la igualdad como el equitativo reparto de premios en torneos ATP Tour y WTA. Además, es evidente que las futbolistas profesionales están empezando a ganarse un espacio propio de demanda creciente. Ante este escenario, ¿está justificado lo que se les paga? ¿Es suficiente? ¿Se necesitan más apoyos?
En ese acuerdo las jugadoras consiguieron un salario mínimo bruto anual de manera colectiva que fuera aumentando de forma paulatina hasta 2026. Tras una huelga de una jornada, las presiones de las futbolistas y el impulso del FIFA Women’s World Cup Australia & New Zealand 2023™ ganado por la Selección Española de Fútbol (SeFutbol), se logró un acuerdo que elevaba en 5.000€ el salario mínimo, hasta los 21.000€ esta temporada, con un potencial aumento progresivo de 23.000€ para este curso, 25.000 para la 24-25 y 28.000 para la 25-26.
Hasta agosto de 2023, el salario mínimo era de 16.000€, apenas 9.000 menos que el salario medio en España, que a mediados de julio de 2023 se situaba en los 25.353€ y sólo 2.000€ por encima de los 14.000 fijados en el Salario Mínimo Interprofesional. Semejantes cifras hacían casi imposible la dedicación exclusiva de las jugadoras.
Pese al importante aumento que ha experimentado la remuneración (+31,25% esta temporada), la brecha salarial que les separa de los chicos es todavía abismal. El salario mínimo para los futbolistas de LALIGA es de 182.000€. Esto es, los hombres cobran 867% más. Ni siquiera las chicas se aproximan a los sueldos de los jugadores de Segunda, fijado en 91.000€, un 433% más que el mínimo femenino
Tal es la diferencia que la jugadora mejor pagada de LaLiga F, según informaciones periodísticas, es Alexia Putellas, con un sueldo aproximado de 800.000€. Esto es, una dos veces ganadora del Ballon d’Or no llega si quiera al millón. Sus homólogos masculinos en el FC Barcelona superan esta cifra en apenas un mes. ¿Y tú que crees? ¿Está justificado? ¿Cómo reducir la brecha?
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